
El espectáculo está basado en la última etapa de vida de unos de los compositores más relevantes de la música clásica, Modest Mussorgsky. Sus últimos años de vida fueron algo tormentosos, llenos de emociones extremas que sentía y experimentaba a diario. Esta base emocional sirvió para trabajar con los actores desde sus propias vivencias e ir generando cuadros escénicos donde se hablase de la multitud de emociones por las que el compositor ruso deambuló. El proceso creativo de este espectáculo se concibe desde un principio desde lo experimental y performático, en el que los participantes exploran con su cuerpo para hablar de sensaciones partiendo de sus capacidades naturales. Lo conceptual, lo poético, la improvisación y experimentación con el cuerpo y diferentes objetos se convierten en la base creativa para desarrollar esta obra escénica final.
El resultado no es un espectáculo de danza, de teatro o de música, sino una performance de 45 minutos en la que el que la expresión corporal aúna todas estas disciplinas para contar una misma historia, la emocional del ser humano.
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